El primer intento por refutar (rebatir, confutar...) de forma científica fue gracias a Francesco Redi en 1668, un médico toscano.
Redi introdujo un trozo de carne en dos recipientes, uno abierto y otro cerrado. Pasado el tiempo comprobó que los dos trozos de carne se habían descompuesto, pero solo aparecían gusanos en el frasco abierto. Real mente esos gusanos eran larvas de mosca, desarrolladas a partir de los huevos que habían puesto en la carne.
En la segunda mitad del siglo XIX, apareció Louis Pasteur, que logró demostrar con sus experimentos que ningún organismo, surge por generación espontanea, sino que proceden de otro ser vivo anterior.
Louis Pasteur introdujo caldo de carne en dos matraces de cuello curvo y estrecho, pasado un tiempo observo que el calda que contenía el matraz con el cuello íntegro no se había descompuesto, sin embargo el matraz que tenía el cuello cortado si se había descompuesto.
Pasteur demostró que los microorganismos estaban en el aire adheridos en las partículas de polvo.
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